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¿Qué buscan las empresas a la hora de contratar?

 29 octubre, 2015
Escrito por Antonio Núñez

Universidad, estudiantes y empresas. Esos son los tres pilares fundamentales del modelo formativo de la Universidad Nebrija. Como suele decir el rector Juan Cayón, la función de la academia es transformar a los estudiantes –la “materia prima”– para que puedan integrarse con éxito en el mundo laboral. Enrique Robayna, alumno de 1º de Periodismo y Relaciones Internacionales, está de acuerdo. Considera que “la universidad debe ser un puente entre el alumno y la empresa”. Por eso escogió Nebrija. Y el modelo funciona. No en vano, la Universidad Nebrija cuenta con una de las mayores tasas de empleabilidad del sector en España. Pero, ¿cuáles son los retos de futuro? ¿En qué podemos mejorar? Nuestra Nebrija ha hablado con académicos, alumnos y empresarios en busca de respuestas.

Elena del Valle Redactora

Juan Majada Tortosa es el director de Recursos Humanos en Red Eléctrica de España, la compañía encargada de operar el sistema eléctrico y de transportar la electricidad en todo el país. Dada su actividad, Red Eléctrica busca constantemente ingenieros.

En general, Majada muestra su satisfacción por el buen nivel técnico de los jóvenes egresados que recibe. “Sus conocimientos técnicos son altos cuando terminan sus estudios”, afirma el director de Recursos Humanos de Red Eléctrica.

Sin embargo, no es suficiente.

Como es lógico, aún les falta conocimiento relacionado con la actividad de su propia compañía. Y eso es algo que sólo pueden adquirir allí, en el puesto de trabajo. Para ello, en Red Eléctrica imparten a los nuevos contratados un curso dentro un programa denominado Becas de Operación. “Es un programa de formación que los recién titulados cursan en nuestras instalaciones; es la puerta de entrada para muchos de ellos”, dice Majada. Pero el director de Recursos Humanos echa también en falta en muchos de los candidatos lo que él denomina “madurez”.

¿Saben los nuevos empleados expresarse con claridad? ¿Se adaptan con facilidad? ¿Están motivados? ¿Se implican personalmente en el trabajo? ¿Son capaces de resolver un problema? Estas y otras necesidades son las que atiende el Instituto Nebrija de Competencias Profesionales (INCP), iniciativa que sin duda fue pionera en la Universidad española para proporcionar a los egresados una serie de habilidades que van más allá de la pura formación académica.

“Los conocimientos adquiridos sobre el área en el que un alumno se forma son insuficientes para satisfacer la demanda de las empresas”, explica Enrique Fernandez, vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado de la Universidad Nebrija. “Una sólida formación académica debe sustentarse también sobre unas sólidas competencias profesionales”.

Estas competencias y valores que las empresas demandan y que la universidad debe hacer accesibles a sus alumnos, según Enrique Fernández son, entre otras: “idiomas, tecnología, versatilidad, capacidad de adaptación al cambio, espíritu crítico,trabajo en equipo, liderazgo, o gestión de proyectos”.

La actividad del INCP comprende todos los segmentos de actividad de la universidad. Por un lado, lleva a cabo tres asignaturas que se distribuyen a lo largo del grado universitario y que capacitan al alumno para gestionar de manera eficaz su trabajo, desarrollar proactivamente procesos de automejora personal y profesional y orientar adecuadamente sus primeros pasos en el mundo laboral.

¿Y funciona? Los aproximadamente 1.400 estudiantes de la Universidad Nebrija que el año pasado hicieron prácticas en empresas como parte de su formación recibieron una calificación de 9,36 puntos sobre diez por parte de sus empleadores.

Sin embargo, hay espacio para le mejora. “Tenemos que estar aún mucho más cerca del ámbito empresarial, algo en lo que estamos constantemente trabajando”, sugiere Enrique Fernández. Clara Ballesteros, que trabaja en la dirección de Recursos Humanos de Primark, la multinacional de tiendas de ropa y complementos, y antigua alumna de Nebrija, está de acuerdo con el análisis del vicerrector y sugiere la necesidad de incidir en habilidades como “dotes de comunicación, capacidad de análisis, entusiasmo, empatía y resiliencia”.

Ballesteros considera esas cinco capacidades como prioritarias para evitar –tal y como alertaba hace escasas semanas en un informe la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)– el riesgo, de que el sector universitario se convierta en una “fábrica de parados”. Por su parte, Antonio Núñez, presidente de la Asociación de Alumni en España de la Harvard Kenney School y socio de Parangon Partners, una compañía especializada en la búsqueda de ejecutivos, abunda en la misma idea.

Afirma que las empresas no sólo buscan gente con experiencia sino “personas con capacidad de liderazgo, dotes de comunicación, alta capacidad relacional, que sepan trabajar en equipo y sobre todo que tengan un equilibrio entre la visión estratégica y la visión de resultados a corto plazo”. Núñez también destaca que solo esto no basta, sino que los candidatos a un puesto de trabajo también “tienen que tener muy clara su escala de valores”.

Los estudiantes confían en que las prácticas profesionales que les ofrece una institución como la Universidad Nebrija sean una puerta al mundo profesional. No en vano, esta Universidad tiene convenios de prácticas e integración laboral con cerca de 3.200 empresas. Enrique Robayna, alumno de 1º de Periodismo y Relaciones Internacionales, asegura que fue uno de los factores que le animó a venir a estudiar a Nebrija. “Una universidad de calidad”, dice, “debe ofertar al alumno la posibilidad de entrar en el mundo laboral”.