• nunez-web

‘Hay que recuperar el prestigio de lo público mostrando lo que se hace bien’

 9 diciembre, 2014
Escrito por Antonio Núñez

El autor del libro ‘España S.L.‘ pone en valor ‘lo público’ en una época en la que su desprestigio ha llegado a las cotas más altas. «No se puede poner a todos en el mismo saco», dice.

Pregunta. ¿Gobernar un país es como dirigir una empresa?

Respuesta. Dirigir un país tiene muchos elementos en común con gobernar una empresa o una gran fundación social, como es saber tener planificación estratégica, saber medir las políticas públicas o como tener un buen equipo directivo.

P. Y ¿quién tiene que aprender más: el sector público del privado o viceversa?

R. Yo creo mucho en esto que se habla ahora tanto de la puerta giratoria. Entendida en el sentido de que un directivo público tiene mucho que aprender del management privado, pero también los directivos privados tienen mucho que aprender del liderazgo público.

P. Pues eso de la puerta giratoria no está muy bien visto…

R. En el sentido negativo de la puerta giratoria yo también estoy en contra. A mí no me parece bien que un político entre a formar parte del consejo de administración de una empresa que ha estado bajo su ámbito de decisión anteriormente. Pero creo, y eso es lo que entiendo por puerta giratoria, que hay personas que han desarrollado su vida en el sector privado y luego durante una época pueden estar trabajando en el sector público. Y de la misma forma, personas que han desarrollado su carrera profesional en el ámbito público o en la política, luego también pueden aportar mucho a la empresa privada.

P. ¿Un político debe ser ante todo un buen gestor?

R. Un buen político tiene que ser un buen gestor pero también saber rodearse de un buen equipo técnico y de gestión.

P. ¿Un equipo de gestión como si se tratara de una empresa?

R. Un equipo directivo potente, e igual que en cualquier empresa mediana o grande, hay un tratamiento especial para los directivos. Yo defiendo que en la administración pública exista y se potencie esa figura del directivo público, un equipo de personas competentes y expertos en gestión y que tengan un tratamiento especial, un plan de carrera, una formación y una retribución adecuada a su responsabilidad. Con esa figura, evitaríamos que cada cuatro años, cuando haya un cambio de gobierno, cambie absolutamente todo el equipo gestor. Existe ya en otros muchos países, son profesionales de la gestión.

P. ¿Y cómo ve en eso a la administración vasca?

R. Para mí es muy sintomático el caso de Bilbao y la figura que encarna Andoni Aldekoa de gerente de la ciudad. Creo que fue un acierto del antiguo alcalde de Bilbao saber poner a un segundo que sea un excelente gestor para la ciudad. Creo que es un ejemplo que se estudia en otras escuelas de gobierno y es un referente.

P. Usted defiende que un sector público fuerte es fundamental para salir de la crisis.

R. Siempre. En España el sector público representa el 46% del PIB. Es muy difícil que salga fortalecida de la crisis si no hay una reforma profunda del sector público. En España tenemos un buen equipo en el sector público en el sentido de funcionarios, pero tenemos unos sistemas de gestión propios de una organización de hace a lo mejor 20 años. Tenemos que modernizar nuestra administración incorporando buenas herramientas de management, de gestión.

P. ¿Y cómo tiene que cambiar?

R. Primero debe tener muy claro cuál es el papel y la misión de cada uno de los organismos. Cuál es la hoja de ruta y los objetivos y mi presupuesto. La segunda cuestión es la cultura de la evaluación saber medir los resultados, saber demostrarnos y demostrar a la sociedad que cada euro que nos gastamos tiene el mayor impacto posible. Y en tercer lugar, un equipo directivo potente.

P. Ahora el sector público no es que tenga muy buena fama…

R. No goza de prestigio, pero creo que en ese sentido somos injustos. He visto a muchos servidores públicos muy entregados y que tienen un sentido de ese servicio público muy alto. Por lo cual creo que a veces somos injustos con la mala fama que efectivamente tiene el sector público.

P. En su libro habla en clave positiva de la clase política y del sector público. Tiene bastante mérito con la que está cayendo…

R. La clase política es una de las preocupaciones de los españoles, pero hay que poner en valor a aquellos políticos que lo están haciendo bien, y hay muchos. La noticia es el caso de corrupción y eso es un tema que tenemos que corregir, pero es muy importante que haya gente buena, con buena formación y con sentido de servicio público que se quiera dedicar a la política. Eso no quiere decir que no esté pegado a la realidad de mi país, y veo los casos que están en los tribunales y en los medios y el enfado de la gente. Pero creo que se hace un flaco favor a la actividad pública si se mete en el mismo saco al funcionario o al político que lo hace bien con otros casos que merecen crítica y condena. Hay que recuperar el prestigio de la actividad pública no con grandes discursos, sino poniendo en valor que hay gente que lo está haciendo bien.

P. ¿Qué es lo que puede trasladarse del sector público a la empresa privada?

R. Por ejemplo, el liderazgo por pasión. Cuando tú estás en el sector público no tienes herramientas de motivación económica. No tienes un incentivo, un bonus, tienes que apelar al servicio público. Creo que cuando estás en el mundo de la empresa hay muchas herramientas de motivación de este tipo que se pueden aplicar, porque no todo es un planteamiento economicista. En segundo lugar, la negociación. Aproximadamente el 80% del tiempo cuando estás en el sector público y cuando estás en una posición más alta, lo tienes que dedicar a negociar. Con otros ministerios, con el Parlamento, con los sindicatos con el partido político, con los lobbies. Eso cuando estás en el sector privado lo puedes aplicar también con éxito.

P. En el sector público pesa muchas veces el componente social. ¿Aplicar las máximas de lo público al sector privado puede llevar a empresas más sociales?

R. Es sobre todo darte cuenta de que en el mundo de la empresa lo más importante son las personas. Por supuesto, los procesos, las instalaciones, las infraestructuras… pero lo más importante son las personas. Y cuando tú estás en el sector público tienes que gestionar personas, saber sacar lo mejor de cada una y saber alinear a todo tu equipo detrás de un objetivo compartido y una estrategia. Eso es lo mismo en el mundo de la empresa. Yo defiendo mucho una empresa más social.

Noticia vía: Belén ferreras vía elmundo.es | Foto vía: EL MUNDO